Andrea Ortiz Parera
Andrea Ortiz Parera
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Andrea Ortiz Parera

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Lo que el SEO y el skincare tienen en común (más de lo que imaginas)

Lo que el SEO y el skincare tienen en común (más de lo que imaginas)

Una vez al año no crea hábito (y lo sé por experiencia)

“Una vez al año no hace daño”, reza el refrán popular. Pero tampoco crea hábitos, ni marca la diferencia, me atrevo a añadir yo. Y lo digo con conocimiento de causa, véase este, mi blog, como ejemplo de ello.
Y es que, aunque mi propósito firme cuando lo creé era el de escribir un mínimo de una vez al mes, en realidad, tú mismo puedes comprobar que no ha sido así, y precisamente por eso, lo más probable es que si estás leyendo esto, sea porque alguien (seguramente yo misma) te ha enviado un link directo.

La cultura de la inmediatez: comida, relaciones y discursos exprés

Posicionar en internet, como el SEO, es una carrera de fondo. Como lo son las relaciones interpersonales, el cuidado de la salud o el cuidado de la piel. Y esto es algo en lo que llevo mucho tiempo pensando. En un mundo donde la inmediatez lo es todo, en el que esperamos resultados a un clic de ratón, a muchas personas se les dificulta comprender, aceptar y aprender que los procesos “orgánicos” llevan su tiempo.

Nos hemos acostumbrado a la satisfacción inmediata de nuestras necesidades. Tanto es así que no nos extraña el surgimiento por doquier de todólogos que opinan sentando cátedra de todo lo que acontece y es novedad, porque lo que importa es la respuesta inmediata, y no la reflexión pausada y meditada.

Esta necesidad de inmediatez nos lleva a comer comida de peor calidad, con alimentos procesados para acelerar su crecimiento o para facilitar su cocción. Tenemos relaciones de peor calidad, en las que prima la superficialidad. Nos dejamos seducir por discursos nefastos, llenos de pompa y vacíos de contenido. Consumimos información de peor calidad, a menudo sin contrastar, desnuda de un contexto que ayude a su comprensión y concebida para impactar, para colocar un titular, para conseguir un clic o un “like”.

Skincare y SEO: dos mundos unidos por la constancia

Pero yo he venido aquí a hablar de cosmética, de skincare, de tratamientos de belleza… y de SEO. Porque el SEO y el skincare están más relacionados de lo que crees, aunque si sabes de ambas cosas, seguro que ya intuyes por dónde van los tiros. Y si no, para eso estoy yo aquí, para contártelo.

¿Milagros? No, gracias: rutina y compromiso

Tengo varias amigas que me han dicho en más de una ocasión: “¿Qué te haces en la piel para tenerla tan estupenda?” y, más allá de lo que pueda hacer la genética a mi favor o en mi contra, la respuesta que reciben sé que nunca es la esperada. Porque no, no uso cremas milagrosas, ni me hice una vez un tratamiento médico-estético que obró milagros tales que tan solo le queda conseguir la paz mundial para ser lo más. En mi caso he conjugado diversos tratamientos, junto con una cuidada rutina de cuidado de la piel, para obtener unos resultados satisfactorios, sin llegar al milagro de “La sustancia”, película que aún no he visto porque alguien decidió tenerla solo una semana en cartelera (de verdad, ¿“La sustancia” una semana y la de Minecraft va por la tercera? ¿En qué mundo vivimos?).

Lo básico es lo esencial (aunque no sea glamuroso)

En este punto, y antes de hablarles de los estupendos tratamientos que me hace la doctora Paula en Clínica Estética Manacor (publi no pagada, pero merecida), y por supuesto, antes de explicarles detalladamente los productos que he probado, que utilizo y que recomendaría para una eficiente rutina de belleza de la piel, hago dos preguntas que me parecen esenciales: ¿Vas a tener paciencia para realizar CADA DÍA una rutina básica de limpieza e hidratación por la mañana y por la noche? Y la siguiente es: ¿Te protegerás del sol todos y cada uno de los días de tu vida?
Si esas preguntas no reciben una respuesta afirmativa, les explico amablemente, o con un toque de condescendencia —no lo voy a negar, a veces soy insufrible— que sin algo tan básico no tiene sentido tratar de ir más allá.

Errores comunes en SEO y belleza que cuestan dinero

No existen productos milagro que puedas echarte a la cara y esperar que te devuelvan la lozanía y la tersidad de los 20 si no eres capaz de crear una rutina básica de mantenimiento. Si vas a inyectarte bioestimuladores de colágeno o bótox pero no estás dispuesta a usar un buen protector solar incluso en invierno, me temo que estás tirando el dinero. Si usas el mejor retinol del mercado sobre una piel sucia, estás tirando el dinero. Y, por supuesto, si te gastas medio sueldo en cremitas y potingues varios mientras sigues fumando como una chimenea, por supuesto que estás tirando el dinero.

Lo mismo ocurre con el SEO. De nada sirve que yo te haga el mejor linkbuilding si tu web carga a la velocidad de George R. R. Martin escribiendo The Winds of Winter (yo digo que no la va a terminar nunca) o la instalación de Windows XP desde disquetes. Si tu web no tiene el contenido adecuado y no estás dispuesto a que lo tenga —porque te gusta así, con sus pesadas fotos, sus preciosas intros en vídeos sin optimizar y ninguna palabra relevante que indique lo que haces y ofreces porque “así está más chula”, todo muy “visual”—, tratar de hacer SEO con ella es como tratar de convencerme a mí de que Gandalf no podía usar las águilas para llevar a Frodo a Mordor y ahorrarnos tres películas larguísimas sobre gente caminando porque “las águilas no son putos taxis”. Lo siento, pero sí que podía, y si fuese buena persona lo hubiese hecho.

Lo que quiero decir es que, tanto tratamientos como SEO, son inútiles si no disponemos de una buena base desde la que nos comprometamos a partir. Y no están las cosas como para ponerse a hacer rayas en el agua.

Constancia o caos: lo que pasa cuando lo dejas a medias

Una vez tenemos la base, viene otra similitud entre el SEO y el skincare: la constancia. Y sí, de ahí deriva la diatriba inicial de este artículo. Porque la constancia es indispensable para obtener los resultados deseados, y después, para mantenerlos.

En estos cinco años que llevo haciendo SEO para clientes he visto a muchos desaparecer al mes, o a los dos o tres meses de comenzar el servicio, porque no estaban logrando las primeras posiciones que deseaban con la rapidez esperada. Del mismo modo, muchos han desaparecido una vez logradas esas posiciones, con el consiguiente descalabro a los pocos meses de desentenderse del SEO de su web. Y es que, en esta carrera de fondo, si dejas de correr, pronto otros te adelantarán.

Con la piel sucede algo similar. Y si bien los beneficios que aporta su cuidado son acumulativos, no podemos esperar que el tiempo no nos alcance, ya que siempre será más rápido que nosotras (menos para Ralph Macchio o Jordi Hurtado, pero yo hablo de skincare, no de pactos con el diablo). Podemos ralentizar la aparición de ciertos signos de la edad y, sobre todo, tratar de tener la piel lo más sana y saludable posible, pero para ello, el compromiso que adquirimos debe ser similar al que tendríamos con el SEO para obtener y mantener las primeras posiciones.

Una despedida momentánea (con promesa de retorno)

Esta es solo una pequeña introducción a las similitudes existentes entre dos de mis grandes pasiones: el SEO y la belleza. Ante la avalancha de quejas recibidas por mi último artículo (en realidad creo que fueron tres) y su nada desdeñable longitud, he decidido escribir este artículo más corto y continuar en otro a varios próximamente.
Vale, miento, es que me tengo que ir a clase de baile y quiero dejarlo listo porque, para una vez que me pongo, quiero colgarlo ya.
Pero… ¡Volveré! (necesito que leas esto imaginándome como si yo fuese el T-800, hazme ese favorcito ¿sí?).
Si me das mucho amor y feedback, seguro que vuelvo antes. Mi ego no podrá resistirse a volver a por más dosis de alabanzas o a rebuznar contra las críticas, así que ya sabes: si deseas saber más sobre SEO y skincare, dame mucho, mucho love… o hate, pero que sepas que soy rencorosa como un cuervo.