Andrea Ortiz Parera

Mallorca, España

Siempre he dicho que si pudiese escoger un superpoder sería el de poder conocer y llegar a dominar todas las formas de comunicación que existen. Lo he meditado mucho, y creo que es el superpoder definitivo, el que nos permitiría terminar con las enfermedades, conocer los grandes enigmas del universo y por supuesto, conocernos a nosotros mismos, a quienes nos rodean, comprenderlos y alcanzar eso tan utópico que se pide siempre en los concursos de Miss lo que sea: ‘la paz mundial’. Sin embargo ese superpoder comunicativo no sólo no existe, sino que en muchas ocasiones a duras penas conseguimos hacernos entender en un lenguaje que en teoría comprendemos todos. De modo que, rebajando un poco las expectativas, he optado por escuchar, observar y aprender. Y por supuesto, actuar cuando es necesario.

Me motiva profundamente encontrar formas creativas de comunicar las cosas, pero al mismo tiempo pienso que la eficiencia es imprescindible, y nunca debe anteponerse la forma al fondo. En este sentido, pienso en la creatividad como una manera de no ponerse obstáculos a la hora de crear fórmulas comunicativas eficientes, una forma de no estancarse en maneras obsoletas de hacer y entender la comunicación. Y hablo de comunicación y no de periodismo ni de relaciones públicas o comunicación audiovisual, porque entiendo la comunicación como algo mucho más amplio, algo que se encuentra en todas partes.

Soy graduada en comunicación, en estos momentos estoy trabajando como consultora SEO, de marketing digital, y muy focalizada en el marketing de contenidos. Me gusta lo que hago ya que me obliga a buscar constantemente nuevas fórmulas únicas y originales para cada cliente, se trata de un desafío constante que mantiene mi mente despierta y pone a prueba mis habilidades día tras día. Antes de esto, trabajé como responsable de comunicación para un grupo político. Fué una experiencia en la que aprendí mucho de la vida y de la forma de comunicarse de las personas, tanto en sus aspectos formales como en los informales, que tal vez fueron las más interesantes. Y antes de trabajar en comunicación política, fui bailarina.

Muchas personas parecen quedarse estancadas ante la palabra ‘bailarina’, como si los focos de los escenarios las paralizaran a ellas. Ser bailarina a nivel profesional implica una férrea disciplina, pero además implica ser autónomo, al menos en mi caso, ser capaz de gestionar un grupo de bailarinas, con sus egos de bailarina, negociar con clientes, diseñar espectáculos, montar coreografías, diseñar vestuarios, diseñar el material audiovisual para vender el espectáculo, los carteles, gestionar los ensayos, los pagos, los cobros… Y sin embargo, y a pesar de todo, fué una época muy feliz de mi vida, porque no me cabe duda de que tanto con mi grupo como en solitario, conseguí comunicar lo que deseaba a través de la danza en cada espectáculo que hice.

Y mientras fui bailarina, fui también profesora de danza. La parte docente de este trabajo me obligó a exigirme todavía más, para ofrecer a quienes confiaban en mí, a mis alumnas, no sólo una técnica definida, sino también una correcta interpretación de la historia, el vestuario, la música y los elementos de la danza. A día de hoy creo que sigo siendo la única profesora titulada de Método Sarabi® de Mallorca.

Hablando de comunicación y pasiones, otra cosa que me ha gustado siempre son los idiomas. Por ese motivo además del imprescindible inglés, estudié francés en el instituto. Desde entonces no lo he vuelto a hablar, pero sé que sigue escondido en un rincón de mi cabecita. El italiano siempre me ha fascinado, también lo he estudiado y leo libros y revistas en ese idioma, aunque no tengo con quien practicarlo, así que en mi cabeza lo hablo mejor de lo que después en realidad me sale, así que, se aceptan voluntarios o voluntarias para practicar. Mi obsesión desde que era pequeña y veía películas de kung fu, ha sido aprender chino. Llevo unos cuantos años en ello, con parones, pero no desisto. Me parece un idioma fascinante, y aunque ahora mismo lo que mejor se me da es leerlo, no decaigo en mi empeño de llegar a hablar mandarín fluido algún día.

Y por último, después de años negándome, empecé a estudiar alemán el año pasado. Sigue sin gustarme demasiado, aunque reconozco que aprender un idioma te ayuda mucho a entender la forma de pensar de un pueblo, la forma en que estructuran su vida, sus prioridades. De modo que cuantos más idiomas sabes, más cerca estás de entender a la gente que te rodea y su forma de ver el mundo.

Hasta aquí se puede decir que, aunque he contado cosas sobre mi, no es nada que no se pueda ver en mi currículum. Así que creo que si lo que quiero es que me conozcáis un poco mejor, tal vez es el momento de que os ponga una pequeña lista de cosas sobre mi que no encontrareis en LinkedIn. Bueno, tal vez alguna sí. Allá va:

- Desde siempre me ha encantado la radio, me gustaría muchísimo tener un programa de radio y no hay día en que no escuche uno o dos podcast.

- No tengo televisor. No tengo ninguna intención de comprar uno.

- Me gusta mucho Juan Gómez Jurado, pero no es mi autor favorito porque no tengo autores favoritos. Aunque si tuviese que escoger uno a la fuerza sería García Márquez.

- Siempre digo que podría vivir solamente de pizzas, pero si como pizza más de dos días seguidos, después no quiero volver a comer en semanas. Y a pesar de todo, creo que podría vivir comiendo sólo pizzas.

- No soporto que maltraten y abusen de los animales. En general no soporto a quienes abusan de seres más débiles que ellos o que se encuentran en inferioridad de condiciones.

- Creo que hace más de una década que no plancho nada.

- Soy adicta a aprender cosas nuevas. Me matriculo a cursos por encima de mis posibilidades de tiempo, pero no lo puedo evitar. Por suerte, aunque sea con la lengua fuera, suelo terminarlos.

- Durante mucho tiempo mi actor favorito fue Jackie Chan.

- Es posible que si me preguntas por mi película favorita nunca te de la misma respuesta, porque hay muchas que me gustan y no soy capaz de decidirme. Con las canciones me pasa exactamente lo mismo.

- Veo el color de las palabras.

- No me gusta nada el vinagre balsámico de Módena. Si lo echan en un plato que vaya a comer y roza, aunque sea mínimamente, la comida, ya no me lo puedo comer.

- Llevo un tatuaje con el símbolo rebelde de Star Wars, aunque no suele verse porque me lo tapa el pelo. La que me lo hizo se ve que no sabía lo que era y lo colocó mal. Así que llevo el tatuaje para que se mire de lado. Aún no me puedo creer que alguien no reconozca el símbolo rebelde.

- Cuando siento que tengo problemas me pongo documentales sobre el origen del universo. Pensar en la inmensidad del cosmos hace que consiga relativizar mis problemas y los vea más pequeñitos e insignificantes.

- Tengo una larga lista de cosas que me gustaría hacer y aprender. Aunque me tocara la lotería y pudiese dedicar todo mi tiempo a esa lista, no lograría terminarla.

- He hecho este texto sin pensar en el SEO. No he buscado keywords, ni densidad, ni nada, tan sólo ser lo más transparente posible y darme a conocer un poco más a todos y todas las que habéis aguantado leyendo hasta aquí.

• 21+ Años

  Experiencia

• 150+ Proyectos

  Completados

• 288+ Reuniones

  Satisfactorias